14 feb 2012

La sencillez de Vigalondo (Crítica)

Un hombre cotillea con unos prismáticos, mirando el bosque desde su nueva casa. Algo llama su atención: Una chica se está desnudando entre los árboles. Cuando la pierde de vista, le pica la curiosidad y se adentra a buscarla. La encuentra tumbada con aspecto de estar inconsciente. De pronto es atacado por un hombre con la cara cubierta de vendas y armado con unas tijeras. Huye y llega a un silo en el que, para protegerse, se mete en un extraño artefacto. Cuando vuelve a salir coge los prismáticos y se observa a sí mismo, sentado en su casa, unas horas antes. Ha retrocedido en el tiempo.

 

Esta es la situación que nos plantea Nacho Vigalondo en Los Cronocrímenes, protagonizada por Karra Elejalde. Un guión enrevesado lleno de tensión, repetición, paradojas viajes temporales. Como contraste a este complejo guión, sorprende la sencillez de la puesta en escena: Únicamente cuatro actores (uno de ellos el propio Vigalondo) y un par de localizaciones con un pequeño bosque entre ellas.


Tras 88 minutos de tensión y de repasar mentalmente todo lo que está pasando, Vigalondo ata todos los cabos y une con vendas esta película tan compleja y tan sencilla al mismo tiempo. Cuando termina, echas la vista atrás y piensas: "¡No ha pasado nada!" Y a la vez han pasado tantas cosas...


Puntuación Personal: 8 sobre 10

2 comentarios:

chalaweon dijo...

La pelicula española más brillante jamás vista.

Julipy dijo...

Genialísima, ingeniosa y probablemente baratísima! :D