Donde pone el ojo... pone la película.

Desierto, cadenas, letras rojas, zooms agresivos, caminata y música. Así empieza la nueva y esperada película de DQuentin DTarantino (la D es muda), el western sobre esclavitud y venganza Django Desencadenado, protagonizado por Jamie Foxx, Christoph Waltz y Leonardo DiCaprio.

La película nos sitúa un par de años antes de la Guerra Civil de EEUU y nos cuenta la liberación del esclavo Django, que se convertirá en el socio de un cazarrecompensas alemán que le ayudará a rescatar a su mujer del despiadado y excéntrico dueño de la plantación Candyland. Tarantino se mueve en su última obra entre el drama y la comedia, pasando de momentos tan crudos como reales a escenas totalmente absurdas.

Tarantino se aleja una vez más de los temas de sus primeras películas. Dejamos atrás a los mafiosos, saltamos de los asesinos orientales a la II Guerra Mundial y aterrizamos en el spaguetti western del que tanto ha bebido el director. No obstante, sus personajes, sus diálogos y sus disparos siguen manteniendo la personalidad del autor de Reservoir Dogs, aunque quizá en Django no se deja ver tanto el estilo Tarantino.

Repiten con él Christoph Waltz (que ya nos ofreció una gran interpretación cazando judíos en Malditos Bastardos) y por supuesto Samuel L. Jackson, esta vez con una genial caracterización anciana. Jaime Foxx y Leonardo DiCaprio también dan un gran espectáculo en Django. Si algo malo hay que decir de la película es que quizá puede hacerse un poco larga en algún momento. Pero en definitiva, Tarantino vuelve a dejar su arte en la pantalla.

                                                       Puntuación: 8 sobre 10.