Los capítulos son independientes y autoconclusivos, por lo que se pueden ver por separado o en cualquier orden. En conjunto forman una crítica a la sociedad tecnológica de las redes sociales y la telebasura.
El himno nacional
Personalmente este primer episodio fue el mejor de todos. Nos presenta la propia realidad informatizada en la que vivimos, a través de la historia del secuestro de una princesa británica. La única petición del secuestrador es que el Primer Ministro aparezca por televisión en directo teniendo relaciones sexuales con un cerdo. El vídeo en el que aparece la princesa secuestrada vuela por Youtube y Twitter en cuestión de minutos, llevando la noticia a todas partes del planeta y poniendo al Primer Ministro ante una difícil solución.
Tu historia completa
Ambientado en una sociedad similar a la nuestra, pero algo más futurista, un mundo en el que la mayoría de las personas lleva implantado un grano con el que pueden grabar, volver a ver e incluso proyectar en el televisor sus recuerdos. La capacidad de revivir esos momentos, lleva al protagonista a obsesionarse con las sospechas de que su mujer le oculta alguna relación con un viejo amigo.
Quince millones de méritos
Nos situamos ahora en un mundo deshumanizado en el que las personas viven en cubículos llenos de pantallas y trabajan pedaleando una bicicleta estática frente a un televisor para conseguir "méritos" que podrán gastar en sus programas favoritos. El protagonista encuentra un ápice de realidad en la voz de otra trabajadora y se empeña en que se presente a un carísimo reality show.
Mi nota: 7.5 sobre 10